9° Capítulo

-¿Qué le ves de ventajoso Jane?-
-mira, no quiero llegar a mi casa y pensar que miles murieron porque yo fui una completa egoísta...- dije agarrando mi cabeza por los costados y dando vueltas en círculo en modo de desesperación típico de una escena en una película.
-No, esto no es ser egoísta, no es tu obligación ni de nadie.... todo estará bien, llegando puedo contactarte con el mejor psicólogo si te sientes emocionalmente mal, pero tomar una decisión solo para no sentirte egoísta no tiene sentido!- casi gritó desesperado Leo mirándome insistente y siguiendo mis pisadas que comenzaban a marearme.
-Claro que sí Leo, ¿enserio podrías vivir con eso? porque yo no.... no nos pasará nada, estoy segura, tengo este sentimiento que dice que nada nos pasará, debes confiar en mí- dije volteándome para encararlo.
-Jane, la intuición no dice nada, son sólo un presentimiento basado en conocimientos alternos y sin justificación-
-Dios mío! Déjame tomar mis propias decisiones! Pareces la fusión de mis padres! Si quiero hacerlo lo haré, estoy en mi sano juicio para decidir!- grité enojada más por recuerdos que por querer gritarle de una manera muy fea. Mi desahogo no fue correspondido de la manera en que yo hubiese querido:
-No puedo Jane………. Sé que no te conozco del todo pero no puedo dejar que mueras- casi fueron sus ojos los que hablaron cuando estos se enmarcaron por un fruncimiento de cejas. Su mirada verdosa ruda y dura se había ablandado.

-Lo dices porque soy humana…… los que viven aquí talvez no son iguales que nosotros pero son personas Leo y si ellos pudieran solos ya lo hubiesen hecho..- dije sentándome de nuevo en el banco blanco. Discutir cansaba y carcomía.

Me consumía, no exactamente por Leo, si no por el debate. Penélope nos había explicado posteriormente los riesgos que nuestra decisión conllevaría; altas tasas de muerte…. era demasiado probable que muriéramos..... Pero… pero siempre existía ese “pero”.
Sentía esta necesidad de ayudar. Yo no tenía pero debía y quería y hacerlo y supongo que por mayoría de argumentos a favor la decisión era ya obvia. No obstante, moría de miedo el tan sólo pensar que podría morir; mis papas qué? Mi escuela? Mi futuro? Los viajes que había planeado? Las montañas que visitaría? Los animales que salvaría? El tatuaje que me pondría?.........Quién no teme morir? Quien más que nada teme el hecho de perderse de cuantas maravillosas oportunidades la vida te podía haber brindado?.....................
Moría de miedo pero seguramente cientos y miles de personas que vivían en Eternial igual tenían ese miedo cada día y otros ya habían sufrido ese lamentable hecho... no podía dejar esto así.

-Jane, no pofavor..- insistió mientras tomaba de mis hombros insistente, alarmante, desesperado. Él temía por mí, sabía que ya no había vuelta atrás.
-Debo hacerlo pero esto no significa que tú debas- dije en voz alta casi escupiéndolo. Obviamente quería a alguien que me acompañara pero por nada del mundo intentaría cambiarle de parecer con mis suplicas.
Negó duramente con la cabeza y luego fue ablandando su movimiento.
Imaginé que ya se había decidido.
-no te dejaré aquí- sonreí alegre a que Leonald me hiciese compañía, era egoísta porque en sí se condenaba a una posible muerte automáticamente pero no podía sentirme más feliz….-regresarás conmigo- dijo muy seguro de él haciendo cambiar completamente mis facciones.

-No..- dije yo también muy segura. Retrocedí. Sentí que si él quería podría llevarme de aquí en cualquier instante y aunque no fuera así porque de la manera en que llegamos a Eternial no fue la más sencilla….. tomé un paso atrás porque quería que viera como me oponía por completo al enunciado que había dicho.


-Ya tomé una decisión- dije casi susurrando.


Sus ojos se abrieron, no podía creerlo y yo tampoco. Mi determinación estaba más fuerte que nunca. Si de esta forma le hablara a mis maestros, los callaría en cualquier segundo
-Jane no estás pensando claramente, tu no...- dijo la voz de Leonard antes de haberse interrumpido por otra.


-Listos?- apareció de la nada Penélope asustándonos de nuevo.
A su lado Derrick con una cara seria sólo como él mismo podría hacer. Sencillamente nos miraba parados a unos metros de distancia.
Cuando pereció toparse con la mirada de cólera de Leo, Derrick primero mostró una media sonrisa de burla y luego torció sus labios en modo de odio.
El otro humano que estaba en la habitación quitó su mirada de mí y se posicionó enfrente mostrando aún la clara desconfianza que sentía a todos los demás.
-Qué nunca nos pueden dejar conversar unos minutos a solas? Aún no hemos decidido-
-De hecho, yo ya...- interrumpí poniéndome de pie.
-Jane, no porfavor- suplicó Leo en un bajo tono mientras volteaba por detrás de su hombro izquierdo y me miraba de reojo.
-Me quedaré- dije mirando inconscientemente a Derrick el vampiro.
Él intento no modificar su gesto facial pero al escuchar mi declaración algo cambió en su rostro.
-Que decides Leonald?- preguntó Penélope sonriendo con cierta maña, sabía que ahora que yo ya había decidido Leo tendría que pensarlo mejor, pero no tomaba en cuenta cuan sobreprotectores, egoístas e instintivos eran los humanos…
-Yo.........-
-No debees quedarte si no es lo que quieres- dije acercándome a Leo, jalándolo del antebrazo y mirándolo. Distrayéndome un poco por su belleza… Su tristeza o confusión se traspasó en mí, sus cejas dudaban y su debate interno igual. Sus pecas , su pelo rojizo oscuro contra su piel blanca…..

Dió el suspiro más largo que jamás había escuchado y todos escuchamos el veredicto final.
-Si, me quedaré....- dijo quitando sus ojos que habían dominado los míos.
Aunque en el fondo de mí, una mini personita brincó de alegría, la otra parte se quedo inquieta, en la espera, en la duda....
-Leo, no, no lo hagas por mí, aparte, si te quedas sin ser lo que tú deseas, no funcionará, ¿Recuerdas?- dije rememorando lo que Penélope nos había contado.
-Tienes razón- dijo aún sin verme -debo de dejar de pensar en mí.... eh sido egoísta por mucho tiempo-
-no quise decir eso, no eres egoísta, está bien si decides que no porque...-
-Estoy seguro....- dijo terminando con una pequeña sonrisa para convencerme.

Me convenció.
Pude sentir la verdad salir por su boca. Talvez no estaba tan dispuesto en este momento pero lo estaría……. Me hundí en alegría, y lo malo esque no bastó con solo demostrarla sonriendo, casi instantáneamente me acerqué a él y le di un abrazo, en una forma egoísta agradecía el que no me hubiese dejado sola en este mundo.
Leonald se quedó perplejo, al principio no supo cómo reaccionar y seguramente había abierto sus ojos demostrando su asombro y sorpresa. Sin embargo, segundos después me rodeó con sus brazos de una forma suave. Me sentí segura y cómoda.
-Gracias- susurré en su hombro y oído que tenía a un lado.
- jane... eres.......- dijo antes de reírse un poco - eres una muy buena persona-


Después de cierto momento se tornó místicamente un poco incomodo. Me desjunté para mirar a Penélope que sonreía aun con esa maña y a Derrick que volvió a mostrar ese aspecto de enojado:
- debemos apresurarnos entonces, hay que prepararlos para las batallas- dijo antes de parar de hablar, mirar de arriba abajo a Leo y decir -creo que tú no tienes solución-
-quieres comprobarlo muerto?- dijo Leo poniéndose enfrente de Derrick y levantando el mentón. Estaban casi de la misma altura y su figura podía decir yo que igual, me daba curiosidad saber quien ganaría en una pelea pero por otra parte ni ganas tenía de presenciarlo.
Antes de poder moverme Derrick bufó en su cara antes de decir:
-Ten cuidado con lo que dices, solamente no eres pedasitos en este instante porque te necesitamos- dijo con enojo y resentimiento. Era verdad. Si por Derrick fuera ya lo habría matado, seguramente odiaba la idea de que no podía ni siquiera tocarlo.
Me adelanté y parecí ser la única racional. A Penélope no le importó, talvez pensó que Derrick podría controlarse, pero Leo parecía como si fuese de esos chicos a los que por cualquier cosa pudiese meterlo en una pelea.
Toqué su brazo y lo jalé para atrás, claro, se resistió. Era un terco como yo.
-Leonald porfavor!- insistí presionando más mis manos contra sus brazos. Pero me distraje torpemente. Como Leo estaba enojado , había empuñado sus manos y ahora hacía fuerza…… en la zona en donde tenía mis brazos se podía sentir claramente su musculatura. Era wow, nunca me había atrevido a tocar un brazo bien formado…. Normalmente los de mis amigos no habían conocido un gimnasio por más de 1 mes así que no evité impresionarme y encontrar irresistible a Leo en ese momento.
Gracias a el cuerpo de Leo ahora yo me había distraído y fue Penelope quien interrumpió:
-No queda tiempo chicos, pero debemos comer antes de cualquier cosa-
Mis nervios se pusieron de punta cuando dijo "comer" tomando en cuenta que la comida tipica de Eternial podria ser brazo humano a la plancha.








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-Supongo que si conviviremos, seré menos rudo e intentaré tener...-
-confianza- susurré mientras movía mis labios de tal forma que me pudiese entender
-confianza- terminó Leo. -Podríamos comenzar con decirme como se llega a Eternial?- preguntó mientras todos en grupo caminabamos por un largo pasillo.
-Hay muchas formas, la teletransportación es la más común y fácil, en el caso de Jane fue por un rayo, y contigo fue un portal-

Rememoré lo que me había sucedido con Derrick en esa noche. Había estado plenamente segura que aquella era mi muerte inesperada que tanto había temido. Sin embargo todo se tornó en algo aún más sorprendente.

-Pueden hacer magia verdad?- pregunté recordando como Derrick la había usado allá.
-Sí, aunque depende, alguna magia proviene de nosotros, otros de hechizos, otros de polvos..-
-como lo que Derrick usó para callarme y así nadie me pudiera oír gritar- interrumpí mientras miraba con ojos entrecerrados al vampiro que caminaba a mi lado, su caminar era formal y firme.
Torció la boca y sostuvo una risa. Enseguida Danae y Penelope rieron levemente.
Que tanto pensaban o que diablos pasaba?
-Sabes Jane? Realmente nadie te pudo haber escuchado gritar porque había hecho que el tiempo en tu casa se detuviera y aun con los gritos mas fuertes tus padres paralizados en el tiempo no te escucharían-
Me quedé estupefacta. Que diablos??!!!
-entonces....- dije tartamudeando -porque estupidamente me hechizaste?-
-Poorque? Más bien para quien........ tu voz comenzó a ser una verdadera molestia para mí, te pedí que guardaras silencio y no lo hiciste- dijo aún con su media sonrisa tan cínica.
El enojo subió a mi cabeza
-AGgggggg- dije furiosa mientras daba grandes zancadas e intentaba alejarme de Derrick. Realmente sabía como ponerme tan mal en unos segundos y con solo una frase.
Leonald gruñó hacia el blanco hombre y avanzó rápido para llegar a mi lado.
Antes de que pudiera él pronunciar cualquier cosa Penélope interrumpió.
-Cuantos años tienen chicos?-
-Que acaso no...?-
-Yo tengo 16- interrumpí a Leo. Este recapacitó y se dio cuenta que estaba siendo rudo.
-Yo tengo 17-
-Tus papas se estan divorciando verdad?- preguntó con cierta maña Penélope.
Comenzaba a darme cuenta que aunque se viera muy bella y buena persona, detras de eso había alguien que le gustaba causar alboroto y existia un diablesillo que llegaba a controlarla. Sin embargo su pregunta fue demasiado directa e intrigante a la vez. No es que me importara pero me daba curiosidad.
-Si lo sabes entonces porque preguntas?- castañeó los dientes. Era obvio que le molestaba. Y por mí le hubiese dado un codazo para hacerle ver que no eran respuestas correctas pero me guardé la acción.
Extendí mi mano y toque su muñeca.
-Hey, lo siento- susurré lo suficiente alto para que el lo escuchara.
Leo bajó su mirada y solamente violando en una cantidad minima su expresion seria, sonrió levemente y agradeció.

Enseguida la voz de Derrick me asustó e hizo despegar mi tacto del brazo de Leonald.
-Ya casi estamos aquí- carraspeó